Las dos principales barreras para llevar una vida activa en el adulto mayor son el dolor y la sensación de inestabilidad.

El dolor es principalmente articular por lo que evaluar el movimiento y las limitaciones se convierte en una prioridad. Para ello realizaremos terapia manual, movilidad y activación muscular.

Por otra parte, la inestabilidad puede ser debido a vértigos o mareos. La exploración neurológica nos ayudará a saber cuál es el origen y cómo abordarlo. Esta manera de trabajar se denomina Neurología funcional, cada vez más extendida entre los profesionales sanitarios cuyo objetivo es la rehabilitación/reeducación de las percepciones del cerebro. Son numerosos los estudios que indican la importancia de la neuroplasticidad. Esto quiere decir que el cerebro es capaz de reaprender muchos patrones perdidos. Para ello utilizaremos ejercicios vestibulares y oculares, entrenamiento de coordinación, propiocepción y equilibrio.